sábado, 16 de enero de 2010

Qué bien vivimos sin ver




Ves desquebrajarse la sonrisa de un niño y piensas: qué vida más triste...

y sí, claro que lo es. Ves cómo la gente lucha por el agua, por el pan, por medicinas, por vivir un día más; toda esa gente a nivel moral luchan por una dignidad, por una igualdad, por unos derechos...valoran cada día, cada gesto, cada posesión, cada persona.
Nosotros, los que miramos a todos ellos a través de la caja tonta y hacemos zapping porque estamos comiendo, los que compramos los periódicos pero pasamos página, luchamos por petróleo, por armas, por dinero, por superioridad, por imposición. Valoramos en demasía la vida del vecino, del compañero de trabajo, del amigo...pero no la nuestra. Siempre hay algo que nos falta o que tenemos que mejorar antes de que el de al lado nos supere.

Si esa gente de sonrisa quebrada pudiera vernos, igual que nosotros lo hacemos ahora con ellos, seguro que pensarían: qué vida más triste...

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